miércoles, 28 de abril de 2010

Huir es la mejor de tus profesiones.

(un cuento o algo asi)

Me robas una frase,

Y me dices que huyes y el que huía era yo, y te pido que no lo hagas y lo haces ver imposible... yo espero que voltees la cara diciéndome con los ojos que no huiras; y te pido con la mía, que ignoras, que me permitas repetir lo de antes...

(Y pienso rápido en algo tan formulado)

Que si no seré quien no fui por quien soy ahora,

Me cortes las manos que un día tocaron tu alma;

Y que me entierres en fango de muerte en la aurora,

Y sueltes del puño mi rastro en tu palma.

Sigo.

Y de mis parpados que oprimen mis expresiones, solo bésalos y olvídalos, tras la imagen que produce tu ausencia en las tumbas de mis labios, y mis dientes torturándose unos contra otros; se como la mueca de un ciego cuando quiere ver la luz que le platican. Y bórrame de tus imágenes como lo has hecho con algunos otros. Por mi parte me queda la fe de que nunca fuiste de mi y que entonces no he perdido nada, solo la cálida sonrisa de tu imagen mirándome como cuando los oscuros vientos taparon la luna y la culpa la tuve yo, sin saber siquiera si se había escondido por que se avergonzaba al ver que no podía competir con la pureza estética de tu forma y de tu color.

Descansé en un costado y me respondía preguntas que resonaban en mi cabeza como cuando las gotas de lluvia golpean en el techo de madera, y la virginidad de mi mis ojos parecía que se doblegaba al escuchar la repetida vos que nombraba un hecho de imposible y otros de constantes. Y yo lo ponía todo en una balanza y siempre todo quedaba a tu favor y me di cuenta de que si estaba yo en el algún sitio contigo era cosa de la mera situación, y que luego de algún amanecer estaría en otro lado; persiguiendo otra situación por mera consolación, esperando a que si alguna vez te cruzara por la cabeza, escucharas en tu mente unas palabras de estas que te he escrito; obligándote siquiera por un segundo a que me dejaras volver a ponerte en los labios, la fortuna de los míos rozando las figuras que circulan tu boca dibujándose a sí misma como la entrada al centro y a lo puro. Y me veo a mi mismo en aquel instante y me admiro por mera cortesía. Luego volteo hacia arriba y el cielo ya no esconde a la luna, quizá porque ya te fuiste y yo no le opongo mayor batalla, tú eras la que la avergonzaba. Me regreso al lugar de donde vengo y me siento a poner en unas letras temblorosas lo que ha quedado en mis manos y debo soltar para recordarlo, me reprimo el espíritu limitándome a no equivocarme ni de palabras ni de puntos, al final lo leo como quiero e inevitablemente lo escribo como quiera que se dicte por mi intuición aletrada.

Escondo mi escrito y te reproduzco dormida sobre mi pantalla, la verdad se hace evidente cuando recuerdo que no has huido del todo pues te he pedido que me lo digas antes de hacerlo, vuelve una sonrisa a mi rostro y sigo escribiendo pero ahora de una manera más libre, aun estas cerca, reconozco que te veo como algo sobrenatural y te pienso y me descargo contra mis teclas y las hago sufrir con tanta decadencia. Y renuevo la actividad volviéndote a ver dormida y sonriendo, sonrió yo y no paro de pensar en tu cara de decepción que hoy me asusto desesperadamente, y luego en tu cabello despeinado, y luego en otras cosas más, como en tus labios de nuevo, que me prestaron la única escalera en que he podido montar para llegar al significado de babel de la manera más física posible. Descubrí que es porque te pienso de muchas y de todas las formas, y siempre estoy pensando en pensarte, y justo cuando lo descubro, me aparece Nacho Vegas cantando la frase: “o me concentro en recordar, para no pensar en ti, que tendría que llamar que alguien venga a reparar la gotera de una puta vez”. Me rio y pienso en ti de nuevo, me escondo en los trozos de cabello que aún me quedan y me avergüenzo como el niño que se cae frente a la niña que lo mira todas la clases. No puedo escribir mas, las teclas me piden que las deje en paz en lo que se me pasa la muerte cotidiana, y solo plasmo las últimas palabras mientras Nacho canta las ultimas de su canción compartiendo el último verso “seré bien breve; te he perdido y eso duele”.

Después solo espero que si vas a huir no lo hayas hecho hoy y me permitas repetir lo de antes... volver a ver tus labios desde la perspectiva del cielo al infierno sabiendo que el día en que huiras me lo dirás, pidiéndome que yo huya primero.

domingo, 25 de abril de 2010

Finito derroche.

Ese accidente se terminó... no hay otra cosa que el fin de esa pesada carga, por la violencia de la pobreza de sus ajenos pensares.
Con el orgullo de un hombre que ha acabado por los suelos en solo cinco segundos de viveza para otros, he terminado el movimiento recto de una obligación pasional.
El fin de este estado es el seguimiento de la sangre brotando primero por mi mente y luego por lo demás.
No he de volverme equivocar por lo hervido de unos pétalos masticados por alguna quimera de muerte y de vida... por una imagen de iglesia y con los ojos perdidos.
El mormullo de otros y de mis entrañas son la conciencia del universo... hay que escucharlos.
Una cerveza... dos cigarros... y un grupo de borrachos formando un circulo me han guiado a la santa tabla de objetos prudentes e imprudentes..... Escogí ambos, y decidí terminar con esto... y empezar quien sabe que.
El té es una precaución o una respuesta, deje ir la precaución, pero el té de hoy tiene la solución a este estado... habrá que beber otro para entender lo que significa la síntesis.
La única verdad de esta situación es que nada fue y nada será, solo eso es seguro respecto a mi... nada se muestra por la nada, ni siquiera la magnificencia de algún amor.
En busca de la última estrella la culminación de mis actos será la razón de sus respuestas y de mis derechos sobre la brillantez de su alma.
Sin Mensaje poético.

jueves, 22 de abril de 2010

Siempre excedo mi pasión y me quedo como el jinete moribundo sobre un caballo que exige un domador de verdad... he decidido dejar de sentir como quien deja de beber o de fumar... faltaría ver si vale la pena esa sanidad a la hora de existir plenamente.

A mí, mi caballo me ha mirado con ojos de lastima y yo lo he mirado como quien mira a el que lo asesina... no volveré a pensar por quienes tienen la pasión de un poema y no volveré a sentir por los que tienen la razón de un silogismo. He de ser una gota de sangre.

martes, 20 de abril de 2010

Preludio.

Deseo dormir en la tranquilidad...
Pero en mis parpados tengo una pesadez que se tiende hacia mi frente y no a mis mejillas... debo estar enfermo o tener el corazón al revés... quizá solo mi cuerpo está cansado pero mi espíritu no quiere dejar de mostrarla.
Y yo... le rezo como lo haría por cualquier dios verdadero... rezo por qué me roce con su piel milagrosa... con su piel de oro y cristal.
Mis suplicas se esconden en su centro y en el mío se vacía la esperanza de beber su fuego y aliviar su sal. El otro hombre que espera su milagro es un poco más listo, ese se muestra falsamente, yo me dejo ir puro.
Espero su divinidad aprecie mi devoción y no la astucia de otros... espero me toque a mi aunque muera como quienes han muerto por amar a su dios.


dios...
diosa...
diosas...
dioses...

Una...

sábado, 17 de abril de 2010

Resaca del sitio.

Fragmento. (Escritos, en algún lugar)

Aunque nada de lo que ha pasado en este recorrer de los últimos momentos se parece a la caída de los hombros del sostenedor de este mundo, me doy cuenta que los dos ponientes con su centro separado se parecen al barco de la mañana eligiendo un capitán sin manos pero libre y contento de ser la pobreza personificada con su nombre y su toque de pimienta en los bigotes ya sin forma ni estilo.

Las cosas del tiempo se escondieron entre las piernas de las últimas mujeres que me viajaron y de los pocos seres que me han tendido más que su piel y sus frutos. El partir de sus olores tiene que ver con la presencia de quien no le pide nada a otros como suyos, prefiero decir que quien está en el círculo correcto puede pertenecerle a quien nada tiene como propio.

La amo en un estado tan raro que ofende, entonces no la amo por mera intuición de espíritu, más bien prefiero prestarle mi alma para que la devore con los pies en los hombros y con las manos en su cabecera, es decir, siendo una cosa con alguien más, conmigo.

Su pose es tan corta que nadie espera que sea tan hermosa como es, ella no se esconde, pero no la miran, le temen a su perfección, y yo le temo a desconocerla, porque al caer sus parpados conocí su fragilidad en aquel largo instante que me permitió ser su guardia y su titán. Ella se puso frente a mí pidiéndome sin palabras que le cuidara su sueño y su descanso, y su rostro y sus labios que entonces eran ajenos justo como ahora y como antes y como dios y su contrario que es sí mismo.

Unifica el instante que empequeñeció mi noble esperanza de volver a soñar con una leve caricia del corte lateral de tu cráneo lejano y con aureolas infinitas y abismales... toma de mi liquido pensando en que no es licor ni miel... es solo mi alma que se ha derretido, tras los cielos tan calurosos de esperanza renovadora y efímera... has poesía de esa verdad que no representa ni mi ser ni mi alma, sino las dos cosas como una de esas piltrafas que siempre has desconocido y no amaras por más que lo pida con los actos formando un circulo de prisión de lo etereo y suficiente para los pobres de corazón mente y espíritu destrozado por los más fuertes vientos de tus soplidos permanentes.

viernes, 16 de abril de 2010

De aquel contacto que no se ha de repetir.

Fragmento. (Escritos, en algún Lugar)

En honor a unos labios y a su espíritu.




Este dolor en la parte de atrás de la cabeza; luego de pensarte, es como ese viejo temor a la sonrisa de lejana proyección. Hoy teniéndote en el inmenso mundo y en el terrible suelo que nos dejo separados; me derrotó la pasión por escribir algo más que la razón de un hombre débil y sin las fuerzas de otros tantos. Hoy que te fuiste... pareció tan distinto que pensé en el elemento incompasivo de lo inmaterial.
Resiste en viento y en todo tu centro,
El tiempo es de otros y pocos lo sienten,
Rompe el cáliz de fina sustancia,
Muestra el instante de poca importancia.

Una breve moneda de cambio
Te espera sonriendo a placer y se va,
Cientos de fríos sonando
Resuelven el parto y limpian la sal,

Y entiende el mensaje que en todo momento
Se ríe de todos y luego se va;
Corta de aquí el tormento.
Y encierra en mis ojos tu oscuridad.

La certeza de los hombres, sobre mí en cuanto a ti, es tan cierta como sus miradas penetrando en el espíritu de unión que nos ha quedado marcado como imposible, muerto y torturado por quienes propiamente lo intentamos construir.
Me vence el pensamiento de no poder esconder en la punta de un alfiler, la sustancia de fríos olores que se escapa del vientre mental de tu más elemental cualidad espiritual. Reflejar en palabras el estado de cosas es un momento de violencia y de ensimismamiento patético... te reflejo entonces en una negación de la inocencia que queremos ver todos.
Sois un demonio y mereces la vida para vivirla, y deberías vivir para siempre para no reencarnar como otros... para que no quede nada mas, ni nada menos, ni alguna otra cosa, ni ninguna otra que no sea la misma que no es ajena ni a si misma... ni a otra. Esa sangre que parece tan estúpidamente derramada es el símbolo de una pureza que ni tú te conoces, ni yo ni nadie... pero todos son los mismos, y nadie es otra cosa, excepto tu demoniaca figura de rosas y rojos, y voces y fuegos.

A la memoria de ese instante y de otros más, la tumba de los llantos es la casa de los viejos adornos de coronas y bastones; de vacios y de las ultimas condenas de los hombres que, sin honor; miraron lo que veo hoy sabiendo que nunca se repetirá, pero siempre ardera en el punto intermedio de nuestras almas y en el de nuestros ojos que al cerrarse marcaran la caída también, de nuestros cuerpos.