lunes, 4 de julio de 2011

Soneto a alguna Paulina para poder donar sangre.

Que mi sangre no sirve para donar, que la hemoglobina la tengo baja y me falta hierro.
Estás amarillo, come bien,  eres  muy joven para estar así, me dijo el médico,  yo asentí porque no discuto con la gente que sabe poco.
 Debo comer mejor, bajar de peso, correr por las mañanas y dejar el cigarro. Qué no es bueno fumar después de comer, que mata las proteínas del alimento, qué importan las proteínas si se siente bien. 
Debo levantar el ánimo  y escribir cosas agradables,  felices, contar mentiras,  conseguirme una novia o recuperar alguna que haya tenido, hacer más deporte, olvidar el sabor y ver el contenido,   dejar de leer lo que leo   –dejar de ser yo-
El problema no es con mi sangre ni con mi alimentación, el problema es el corazón; es muy flojo, no palpita bien, no bombea lo suficiente, no aprende a amar y últimamente no siente por mera hueva.
 ¡Es muy flojo! Tan flojo que manda la sangre por partes y desnutrida,  por eso es que mis muestras salen defectuosas y no  puedo donar aunque quisiera.
Seguiré las indicaciones del médico y escribiré cosas agradables, escribiré, entonces,  un soneto a alguna Paulina.

Pero en verdad que es bonita Paulina,
seguro no sabe que su sonrisa
iguala a su silueta en la cortina
justo cuando se quita la camisa.

No le digo nada, no la conozco
como  el mosco que le pica las piernas;
mientras duerme sus noches  me  amanezco,
sin pensarla, recorriendo cantinas.

No la pienso porque no sé quién es, 
ni sé de su cabello el color nuez,
si se lo peina o no lo necesita.

Y ella no sabe que alguien le incrimina
un soneto que no pide una cita.
Pero en verdad que bonita es paulina.

2 comentarios:

†Nicté dijo...

Dejar lo que te asiste un donativo a vivir, impide la licencia a donar a otro, auxiliar su cuerpo a vivir...
Como siempre, una contrariedad.

Si ya es costumbre el andar aquí, "viviendo"..., siempre es necesario dejar lo "mejor" según algunos, para permitirse ser uno, y para mi, es lo mejor; si el alma es lo que pide, lo que dice el cuerpo es trivial.

Te quedó bonito, partes me hicieron reír.

No os preocupéis, Paulina lo entenderá.

Saludos!

Anónimo dijo...

Un baston para tu corazon...
Saludos, un placer leerte.