jueves, 12 de enero de 2012

Uno camina, nada más.



A veces la forma no importa, da igual si la luz es poca, si los árboles son manchas oscuras a vista corta y  las sombras de los caminantes se alargan con las leves luces de la luna o de las lámparas colgadas de las azoteas de  casas viejas.  Caminar como lavarse la cara,  comer, dormir, beber. Es una necesidad más fuerte, a veces, que esa que algunos se inventan: la de estar con alguien.  Se camina lento,  como para que cualquiera nos alcance, como para no cansarnos o no caer; los pasos se aligeran al recorrer el mundo por el suelo, como midiéndolo para que no desaparezca, como marcándolo para que no sea de otros como nuestro.
No es posible caminar con precauciones, porque caminar ya no sería un acto de placer, sería otra cosa, sería un medio para un fin;  sería andar para llegar a un sitio supuesto, que quizá no exista, que quizá no sea.  Las distancias se acortan con danza y ritmo, no hay brevedad ni desesperación cuando se baila a pasos despreocupados...

...
¿Escuchas alguna cosa? 
Se dice que si no está roto no hay que arreglarlo. 
...

No se pueden evitar los actos de los otros,  porque son actos puros, sólo los actos propios que no son llevados a cabo son actos impuros y, por lo tanto, evitables. Parece fácil y conveniente, pero quizá es más difícil  que correr o volar para ser un  hombre de esos que parecen ideales; los que nunca caminan para no quedarse atrás, los que  no disfrutan el trayecto, los que se llenan de fines y de logros por cumplir. Qué vida tan terrible la de esos hombres que están condenados,  que mueren antes de morir; quizá  tomaría el lugar de alguno para salvarlo de sus penas, pero no se puede,  son  indefensamente puros, corren por naturaleza, son demasiado buenos para ser  libres  de permitirse caminar y ver sus sombras deformarse.
Hay manchas en la oscuridad que sólo se ven caminando,  las luces del día se vuelven sitios ciegos de noche, uno debe caminar  sin descanso para descubrir el cambio,  después debe ser el cambio mismo y al final  ser, irremediablemente,  pies que caminen sin dar pasos evidentes. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"Dejádlos vivir en la penumbra de su luz" ja

Saludos Navarro :)

Beatriz

David Navarro dijo...

Beatriz, querida, un gusto tenerte por acá.

Anónimo dijo...

:) Oye me dijo Mishell que harías una presentación respecto a tus prácticas o algo así... para que nos digas cuándo es (si no es que ya lo fue) e ir a verte...

Beatriz

David Navarro dijo...

Es una cosa aparte, estamos en eso, querida, yo te aviso.

Be dijo...

ya estàs, ya le dije a ella y dijò que sì...
y ya te fuiste a vivir al centro? hay que ir al open house... jaja

B