martes, 18 de enero de 2011

¿Qué vale?

Unos ojos que vibran al compás de las palabras de otro,
el tronar de un vaso en una mesa de caoba,
una población encerrada en un corazón
que palpita más que cualquiera,
una mentira escrita o dicha de mala manera,
una pose, una sonrisa, una mano, dios, la virgen,
un mito, una deidad oculta en dibujos en piedra,
un poema, un intento de poesía, una pintura,
un dibujo, una carta, una voz, cualquier voz.
Regresar  los ojos al pasar la calle,  
recordar el olor de un cabello,
caminar en el sitio que sea,
abrazar a tu madre, a tu hijo, a un amigo,
a una mujer, a la más hermosa, a la más simple,
a la que más brilla, a la que se ama, a la que se amó,
a la que se olvidó ya. Ya muchas veces.
Salir de noche a ver la luna  y nada más,
ver un rostro en el blanco círculo perfecto,
olvidar el triste vicio en el rozar de una ventisca,
cerrar los ojos en un cuarto iluminado por arte,
ser arte en un cuarto que iluminas.
Perderte en el huequito de dios,
encontrar un rio en la nada,
dormir al lado de quien sea,
mover las manos bajo la falda
o poner el alma en un gemido.
Las pequeñas cosas como  dicen en la tele,
los amaneceres y los atardeceres,
el futbol con los de al lado,
la medida de una cintura o del par de bíceps,
la distancia entre la cabeza y el cielo,
una fotografía de una obra natural,
la paz de las noches al terminar el día.
Nada de esto, ni siquiera un poema,
esos que ya cualquiera escribe,
que nadie los cree desde aquel día;
en el que se volvieron obras sin sentido,
obras de papel y tinta,
como la música,
el deporte y los bailes de salón.
La mirada triste de una niña,
el ojo ciego de un pordiosero,
o la miseria tan excesivamente cruel y matadora
de lo que se ve en el centro de cualquier reflejo,
que da la verdad vaciada en una vista invertida.
¿Qué vale? ¿Acaso  no cualquier cosa que deviene?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde el aquella primera vez que por equivocacion entre a este sitio se me hizo vicio. Paso casi a diario para enriquecerme con las palabras y la forma que le da. A veces para bien a veces me topo con letras que no quiero leer, pero me encantan.
El alma en un gemido... Que vale? En ocasiones vale todo, hasta los huesos.
Un saludo!

David Navarro dijo...

Te lo agradezco en todo lo que vale.
Gracias por leer y comentar.
Un saludo!